AL BELÉN CHIQUILLOS
Visita al belén de Franciscanos
"A Belén, pastores, a Belén chiquillos que en Franciscanos ha nacido el rey de los angelillos."
Que mejor manera para recordar el nacimiento de Jesús que visitando un belén o ¿se os ocurre otra?
Para preparar la visita adjuntamos información sobre :
a.- el origen del belén
b.- el convento de los franciscanos
c.- la costumbre de cantar villancicos
EL BELÉN
Se acerca la Navidad, (en latín Nativitas, «nacimiento») una de las festividades
más importantes del cristianismo, y para recordar este momento tan importante se arman belenes o pesebres (maquetas de Belén que representan el nacimiento de Jesús)
Hagamos un poco de historia:
El origen de la representación plástica de la Natividad aparece representado de forma pictórica en los primeros siglos del Cristianismo. Así lo manifiestan los testimonios aparecidos en algunos sarcófagos de las Catacumbas Romanas de Priscila. El más antiguo de estos es el de la “Capella Greca”, de principios del siglo II. La composición representa en primer plano la figura de la Virgen que estrecha contra su pecho, en su brazo izquierdo, al Niño Jesús envuelto en pañales, frente a ellos los tres Reyes Magos, vistiendo una túnica corta, sin manto ni gorro.que incentivó el culto a Jesús y al Santo Sepulcro.
El arte románico trata la Natividad y la Adoración de los Pastores y los Magos
como tema principal, decorando miniaturas y mármoles.
En el siglo X, el pesebre sirve a la liturgia católica como difusión de la Navidad
en la Nochebuena.
La ingenuidad del Renacimiento ofrece una imagen del Niño jugando con los corderos o acariciando la cabeza del buey y a María sonriente y gozosa.
Desde el siglo VIII se generalizaron las representaciones del nacimiento de Jesús, inicialmente en las iglesias y conventos y posteriormente en la plaza de las ciudades y pueblos. Pero la degeneración del drama litúrgico en formas paganizadas, obligó a la Iglesia a condenarlo en el Concilio de Treviri, siendo el Papa Inocencio III quien, en 1207, prohibiera las representaciones teatrales en las iglesias, ya que habían degenerado en farsas, a veces profanas.
Todos coinciden en reconocer el auténtico origen del belén en la recreación de la escena de la Natividad, que en la Navidad de 1223 realizara Francisco de Asís en Greccio (Italia), quien a su regreso de un viaje de peregrinación a Tierra Santa y tras solicitar una dispensa a Honorio III de la prohibición de las representaciones religiosas, y según cuenta San Buenaventura, en una cueva de las montañas de Asís, junto a una cabaña de pastores, realizó un pesebre con paja y colocando junto a él un buey y una mula, celebró allí la Misa del Gallo, junto a los fieles que acudieron al toque de las campanas, evocando así la llegada de los pastores para adorar al Niño.
Hay gran variedad de leyendas que relatan acontecimientos milagrosos:” …al pronunciar las palabras, y lo acostaron en un pesebre”, Francisco de Asís se arrodilló para meditar brevemente en el sublime Misterio de la Encarnación y en ese instante apareció en sus brazos un bebé, rodeado de brillante resplandor, otros también manifestaron haberlo visto”.
También se reconoce que San Francisco de Asís no representó a ningún personaje de la Navidad de Belén, ni hubo actores que representaran a la Virgen, San José y el Niño, por ello más que un Belén, la representación de Greccio fue interpretada como una forma más del ceremonial litúrgico de Navidad.
esta iniciativa que poco a poco fue ganando cada vez más público.
En España, la tradición del belén fue introducida por franciscanos y clarisas, posiblemente a través del puerto de Valencia, dado el continuo tráfico comercial y cultural con Nápoles y Sicilia existente en la época, extendiéndose en toda la Corona de Aragón inicialmente y en toda España con el pasar del tiempo.
En el siglo XVII los belenes que se construían en las iglesias trasciende a los hogares, con figuras en barro cocido policromado, donde las familias nobles de la época presumían de sus exposiciones. Con el paso del tiempo esos belenes se fueron transmitiendo de generación en generación, ampliándose cada Navidad el número de figuras y pequeños complementos.
Dan constancia de estos hechos la descripción de su legado en los testamentos de Isabel la Católica a sus hijas, así como el belén de figuras de cera que Lope de Vega deja a su hija Antonia Clara. También se conservan el belén del Príncipe que pertenece al Patrimonio Nacional y que se expone cada año, el belén Napolitano del Museo de esculturas de Valladolid, el de la colección March en Palma de Mallorca, o el del marqués de Riquelme, realizado por Francisco Salzillo y que se expone en el Museo Salzillo de Murcia.
El rey Carlos III que potenció el belén durante su reinado en Nápoles, lo impulsa
igualmente desde el trono de España a mitad del siglo XVII, introduciéndolo en sus palacios, construyendo una sala especial para la realización del Belén del Príncipe.
Con este nuevo apoyo a la tradición del belén, muchas de las sencillas figuras
realizadas por los imagineros de la época, cambian a unas realizaciones de gran calidad artística, ante el interés suscitado por el ambiente cortesano, refinando sus realizaciones con enriquecidas policromías, más acodes a la ubicación de los belenes en los suntuosos salones burgueses.
Esta tradición se generaliza en los hogares a mediados siglo XIX al realizarse en serie la producción de pequeñas figuras. Destacan las de poca factura producidas en barro, muchas veces sin cocer y pintadas con vistosos colores, en su mayoría fabricadas en Murcia, Granada, Barcelona y Olot (Gerona) y que podían ser adquiridas en tiendas de imaginería religiosa o mercadillos populares en Navidad, en los que se podía conocer las novedades que se presentaban cada año.
Algunos de estos mercadillos se siguen emplazando hoy, entre ellos cabe destacar
los de la “Fira de Santa Llúcia” en Barcelona, el de la Plaza Mayor en Madrid,
o el de otras ciudades como Murcia. Por otra parte, también se realizaban figuras
de mayor calidad, que solían ser por encargo, y adquiridas exclusivamente por las clases más acomodadas e instituciones religiosas. Desde comienzo del siglo XX fueron ganando terreno y preponderancia las figuras de Olot (Gerona), con un estilo hebreo en su indumentaria, mucho más riguroso con los cánones históricos.
Desde hace varias décadas se ha experimentado un gran auge en el montaje de los belenes familiares e institucionales, como el Gran Belén Bancaja, posiblemente el mayor de estas características de todo el mundo, que viene exponiéndose de forma itinerante por toda España, cada Navidad desde 1996, fecha en el que se inauguro en la ciudad de Valencia.
Igualmente, cabe destacar la gran labor que vienen realizando la Asociaciones de Belenistas, por un lado mediante la promoción a través de los cursos que imparten sobre la técnica belenística, que tienen una gran aceptación de público, y otro mediante las exposiciones de los belenes en Navidad de sus minuciosos trabajos.
CONVENTO DE LOS FRANCISCANOS
El Convento de San Francisco, en la Plaza de San Francisco,
es uno de los edificios históricos más espectaculares de Hellín .
El convento está dedicado a Nuestra Señora de los Ángeles. La orden franciscana ha sido la única presente en esta comarca antes del siglo XX, con conventos de frailes en Tobarra y Hellín, y otro de monjas claras en esta ciudad, que fue el único mantenido tras la desamortización de 1835. Fue fundado en 1524 por fray Antonio de Jaén.
El inicio de su construcción se fecha en el segundo tercio del siglo XVI, en el siglo XVII el inmueble está prácticamente terminado y en el siglo XVIII se realizan obras de ampliación como la construcción del camarín rococó, la cubrición de las crujías (espacio arquitectónico comprendido entre dos muros, dos alineamientos de pilares (pórticos), o entre un muro y los pilares alineados contiguos ) del patio, así como la reparación de algunas capillas.
El convento fue clausurado en 1835 tras la Desamortización. Tras la clausura del convento por el Real Decreto de 1835 que suprimió todos los que tenían menos de 12 miembros, el Estado lo cedió al Ayuntamiento en 1849“para establecer escuelas de instrucción primaria y acuartelar la Guardia Civil”. Posteriormente se sumaron otros usos como escuela de artes y oficios, cuartel de bomberos, juzgado y cárcel. Mientras que la Iglesia se mantuvo por las cofradías y la Orden Franciscana seglar que consiguió la llegada de nuevos frailes en 1923, ocupando las celdas que hay sobre esta recepción, hasta que por real orden de 1927 se devolvió a los religiosos todo el edificio.
En 1955 parte de la iglesia fue destruida por un incendio tras el cual se realizaron diversas remodelaciones, como la construcción de una portada neoclásica, el nuevo coro y los arcos mixtilíneos (compuesto por una combinación de líneas rectas y curvas) de acceso a las capillas. La iglesia y el claustro mantienen prácticamente su estructura original.
En la primera década del siglo XX el Ayuntamiento se convierte en propietario del inmueble y lo destina a diversos usos: Academia, Cuartel de la Guardia Civil, parque de bomberos y cárcel. En 1927 el edificio fue devuelto a la comunidad de los Padres Franciscanos, destinándose a uso religioso y colegio religioso con internado.
Este convento hay dos zonas muy diferenciadas: la iglesia (B) con capillas laterales y nave central, altar y camarín rococó, y la zona conventual, compuesta por el claustro, restaurado en 1996, tiene planta rectangular y consta de dos cuerpos. La galería inferior presenta arcos de medio punto sobre columnas de capitel jónico y fuste liso, con tres arcos en los lados más estrechos y cuatro en los más largos, así como rosetas y escudos franciscanos en las enjutas de los arcos con los motivos de las cinco llagas y las letras Tau, Alfa y Omega. El cuerpo superior está constituido por tres arcos en la parte mayor y dos en la menor; la restauración citada puso al descubierto las columnas y las pilastras de las esquinas. La galería interior está cubierta por bóvedas de arista. No conserva el pavimento original. (F), las celdas (G) y el huerto fue recuperado en 1923, cuando la comunidad regresa al convento. (H), que fue la más reformada para otros usos. La comunidad religiosa se recuperó entre 1923 y 2008.
Muchas de las dependencias del convento están muy transformadas, como el vestíbulo, el refectorio (en las comunidades y en algunos colegios, habitación destinada para juntarse a comer) o las celdas del piso superior; otras estancias, como la sala capitular (la sala capitular es la estancia en la que se reúnen todos los monjes (capítulo) a diario bajo la dirección del abad. Los monjes se sitúan a su alrededor según su grado de importancia, En esta reunión se distribuyen las actividades del día, se produce la confesión pública de las faltas cometidas por cualquiera de ellos y se exponen problemas o proyectos que el abad quiera comunicar a los demás miembros de la comunidad) han desaparecido.
Las fases constructivas y reformas se han sucedido hasta la actualidad.
A) La fachada de la plaza fue restaurada por la Escuela-Taller en 1987,
eliminando una portada clasicista de 1958 y reconstruyendo los arcos con ladrillos
cerámicos, comunes en la estructura original del edificio.
Las rejas también son merito de dicha escuela.
En el muro del atrio se recuperaron inscripciones parecidas a los vítores que los
universitarios hacían al terminar sus estudios, las iniciales VOT representarían a la
Venerable Orden Tercena (hoy Orden Franciscana Seglar).
PORTADA CLASICISTA 1958-1987 |
PORTADA ACTUAL DESDE 1987 |
B) La iglesia que en el siglo XVIII se redecoró al gusto barroco, tiene planta
basilical con nave única cubierta con bóveda de cañón apoyada en pilastras.
Presenta capillas hornacinas entre contrafuertes, añadidas en diferentes épocas.
El crucero se cubre con bóveda de crucería, así como la capilla mayor, de planta
ochavada. En los laterales se abren capillas que comunican con la nave principal a
través de arcos apuntados; actualmente están intercomunicadas debido a las
reformas efectuadas en 1928.
Las capillas-hornacinas acogían esculturas y pinturas que representaban muchas
advocaciones, de cuyo mantenimiento se hacían cargo patronos, por el privilegio
de tener sus sepulturas.
Con la desamortización de 1835 se dispersaron muchas de las obras de arte.
Pero los mayores deterioros se produjeron durante la Guerra Civil(1936-1939).
Así los retablos e imaginería actuales son de la segunda mitad del siglo XX.
El retablo mayor, desaparecido en 1936,es una reproducción del original, obra del
hellinero Rafael Millán Álvarez, terminado en 1954.
El “incendio del belén”, 26 de diciembre de 1955, destruyó el coro y la techumbre
de la nave, que entonces consistía en una sobrecubierta de yeso de finales del
siglo XVIII que,al ser desmantelada, dejó al descubierto la primera techumbre, un
artesonado de madera formado por casetones decorados con rosetas, que puede
contemplarse en la actualidad. También se eliminaron los balcones de las capillas
del lado del evangelio y el muro se redecoró con los arcos mixtilíneos actuales.
Destaca su gran riqueza decorativa a base de yeserías doradas. Los
muros se adornan con lienzos de fray Antonio de Villanueva, de temática
mariana. En los lados menores del octógono se representan cuatro relieves
realizados en escayola dorada con marcos de rocalla.
Los relieves del murciano Tomás Noguera representan los siete
gozos de María. Contiene los escudos de España, del Vaticano y de
la familia Valcárcel, que también esta reproducido en el exterior del
convento.
La escalera de acceso y el pavimento del camarín están cubiertos de azulejería
valenciana con escenas costumbristas y cacerías.
1) Capilla de Nuestra Señora de Los Ángeles, titular del convento. Su retablo en estuco es de mediados del siglo XVII. Era la capilla más noble y perteneció a la familia Pérez Vela, donde tenían sepultura. Sus escudos nobiliarios están incluidos en el retablo. Las imágenes y pinturas fueron restituidas después de 1936 por donación de Agustín Fernández y Ana Guirado. El retablo del Corazón de Jesús es obra de Rafael Millán y donación de María Cruz Pérez Roche. Imágenes de Nuestra Señora de Lourdes y San Martín de Porres.
2) Capilla de San Joaquín. Paso de la Virgen del Perdón y Cristo de la Caída, obra del imaginero local José Zamorano. Su cofradía solo la integran mujeres.
3) Capilla de La Piedad. Paso de Jesús del Gran Poder, obra del sevillano José Manuel Fernández Andes. Entre estas capillas se abrieron nuevos arcos durante la reforma de 1928.
4) Capilla de San Antonio de Padua. Perteneció a la familia Ruiz. Paso de Jesús y La Samaritana, obra de José Zamorano.
5) Capilla de Nuestra Señora del Carmen. El paso de la Negación de San Pedro es del escultor local José Zamorano. El retablo es de la segunda mitad del siglo XX. También hay una imagen del rey San Fernando, patrón de la Venerable Orden de la Venerable Orden Tercera (VOT) en España.
6) Retablo de San Pascual Bailón, fraile franciscano. Este retablo y el siguiente responden a la misma tipología, ambos tienen su origen en un retablo de piedra caliza rojiza del siglo XVI, al que se superpone otro de madera de mediados del siglo XVIII. Fueron restaurados por Rafael Millán. A los pies del altar está la sepultura encargada por Cristóbal Lozano (religioso y literato hellinero, 1609-1667) para trasladar los restos de sus padres, y más tarde los suyos. La portada de la “Puerta Reglar”, que da acceso al claustro, durante la última reforma fue rematada con un frontón, cuya pintura de José Almela representa el transito de San Francisco.
7) Retablo de la Dolorosa. La imagen atribuida a Francisco Salzillo fue la única rescatada del saqueo que sufrió el convento durante la Guerra Civil. El retablo es del mismo estilo y época que el anterior. El dorado lo realizo Rafael Millán Álvarez a expensas de Dolores Millán Villote. El retablo esta rematado en el ático con una pintura de San Lorenzo, obra de Manuel Muñoz Barberán.
8) Capilla de Nuestra Señora del Pilar, antes dedicada a San Buenaventura. Imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Existió un pulpito forjado en hierro. El actual es de madera de castaño tallado en Vivero (Lugo) por José Otero en 1977 y donado por Aurora Millán Villote.
9) Capilla de San José, antes dedicada a San Diego de Alcalá. Fue la capilla
funeraria de la familia Rodríguez de Vera. El retablo de San José, al fondo, es de
Garcés y la imagen de San José es de Ricardo Font, está franqueado por las de
San Buenaventura, San Diego de Alcalá, Santa Rita y Santa Elvira, todo fue
donado por Elvira Ladrón de Guevara en 1944. El retablo de San Diego de Alcalá,
en el lateral, tiene imágenes de San Francisco, Nuestra Señora del Rosario y
San Rafael, patronos de Hellín.
10) La sacristía es una gran sala cubierta con bóvedas de lunetos separadas por
arcos fajones. La mesa del centro es del mismo estilo y época que el lavamanos
adosado a la pared, según inscripción, del año 1721. Desde aquí se accede a la
cripta baso el camarín, donde eran sepultados los franciscanos.
Hoy no hay rastros de su antiguo uso.
C) El camarín, elevado tras el retablo de la capilla mayor, fue construido durante la
década de 1760. Tiene planta octogonal con pilastras de orden compuesto en los
ángulos, bajo una amplia cornisa de curvas y contracurvas, y cubierto con cúpula
vaída estrellada. La rica decoración con yeserías doradas es del gusto rococó.
Al igual que los azulejos policromos del pavimento del camarín y de la escalera de
acceso, con escenas costumbristas enmarcadas entre rocallas. Las pinturas sobre
lienzo en los muros, firmadas por el franciscano Antonio de Villanueva, y los
símbolos integrados en la decoración están relacionados con el dogma de la
Inmaculada Concepción, que los franciscanos predicaban antes de oficializarse
por la Iglesia. La existencia de su cofradía esta documentada desde 1540.
La imagen actual es una fiel copia de la atribuía a Francisco Salzillo (S.XVIII), que
realizó José Manuel Fernández Andes en 1941 y fue coronada en 1954.
El volumen exterior del camarín sobresale del conjunto del convento y destaca
por su cubierta de tejas vidriadas de color azul.
D) La torre del campanario que tuvo la iglesia fue demolida por partes.
De los cuatro cuerpos que tenía, los dos superiores se eliminaron en 1894,
por amenaza de ruina, para construir un cuerpo de campanas más bajo.
Y en la década de 1940 se demolieron la torre por completo y el cuartel
de zapadores y bomberos, ampliándose la plaza.
E) La actual recepción ha sido muy reformada.
F) El claustro era imprescindible para el recogimiento del convento. Las reducidas
dimensiones de éste fueron compensadas por el minucioso trabajo de cantería,
cuyos detalles sitúan su creación en el siglo XVI, en pleno renacimiento del gusto
por el arte de la antigua Roma. Durante las reformas del siglo XVIII se construyo
una nueva galería cubierta con bóvedas de arista y arcos fajones que apoyan
sobre los muros que cegaron las arcadas del cuerpo bajo y empotraron las
columnas del superior. Se respetaron las arquerías originales pero ya no tienen
función estructural. En el deambulatorio bajo hay pinturas sobre la vida de
San Francisco, realizadas por del franciscano Salvador Maciá hacia 1945.
En la década de 1930 se hallaron restos de pinturas que pudieron cubrir todos
los muros. Durante la restauración de 1996, se recuperaron las columnas y
pilares del cuerpo superior que estaban empotrados por el cerramiento, y que
en lugar de arcos soportan dinteles de madera. Sobre el falso techo moderno
quedan restos del artesonado original. Del trabajo con piedra biocalcarenita local
resaltan la variedad de detalles en molduras y medallones, se repite el escudo
franciscano de las cinco llagas. El uso del orden jónico en las columnas se
puede relacionar con la costumbre de utilizarlo en templos antiguos con
advocaciones femeninas, como este convento, cuando se desplazó el brocal
del pozo desde del centro a un lado del patio, en su lugar se colocó la imagen de
La Purísima.
G) El edificio dedicado a refectorio (comedor comunitario), cocina y sala capitular,
en planta baja, y celdas en las plantas primera y segunda, es la mayor obra de
reforma y ampliación que se realizaría durante el siglo XVIII. Sus dimensiones
reflejan la importancia alcanzada entonces por la comunidad, con esta ampliación
llegó a tener más de treinta celdas. Durante la Guerra de la Independencia, en
1809, el convento sirvió de hospital militar. La exigencia de estos espacios a
favorecer la vida contemplativa sería cumplida, al poder disfrutar de las vistas al
jardín y huerto, que están a los pies de este edificio.
H) El huerto era fundamental para el sustento de la comunidad religiosa, además
de las donaciones de los fundadores, las limosnas y las pías memorias, por las que
los herederos de los feligreses enterrados en el convento pagaban una renta
para celebrar misas. Los terrenos donados a los franciscanos estaban entonces
en el límite de la población, cuando todavía se concentrada en el cerro del Castillo
y tenía por borde la acequia de la Ribera, uno de los tres hilos de agua de la Fuente
Principal.
P) El patio abierto a la plaza da acceso al edificio construido para la Escuela
de Filosofía de la Provincia Seráfica de esta orden, trasladada aquí desde Orihuela
en septiembre de 1946, y ampliada con los estudios de teología en 1955. Desde
aquel momento ésta se consideró la comunidad franciscana más importante de la
antigua Diócesis de Cartagena. Con el descenso de vocaciones, en 1974 estos
locales fueron arrendados al Ayuntamiento para dedicarlo a escuela de primaria.
Su último uso ha sido acoger el Centro Joven Municipal.
Frente al convento encontramos el Monumento al Nazareno de Francisco Ruiz Oliva
( 2002 ).
LOS VILLANCICOS
Para saber de donde provienen y desde cuando se cantan y escuchan villancicos es
interesante analizar la etimología del vocablo. La palabra villancico tiene un origen popular,
deriva de la palabra "villa" que a su vez proviene del latín villanus.
El nombre nos sugiere que se trataba de canciones que entonaban los
"villanos", es decir, las personas de clase humilde que vivían en las villas medievales.
Se trataba de composiciones vocales inspiradas en textos de temática rural y que no siempre
iban acompañadas de instrumentos.
El origen de los villancicos no estuvo ligado a la Navidad , puesto que estas
canciones populares trataban todo tipo de temas cuando comenzaron a popularizarse
en España y Portugal durante la Edad Media y el Renacimiento.
La iglesia vio en el villancico la fórmula perfecta para difundir y propagar su mensaje.
Además de componer algunos villancicos inspirados en la figura de Jesús o de la
Virgen, se sustituyó la letra profana por una sagrada.
Así, los villancicos fueron formando parte cada vez más de las festividades religiosas,
siendo la Navidad la celebración en la que esas composiciones se hicieron más
populares. A lo largo de los siglos XVII y XVIII, los villancicos alcanzaron una gran
sofisticación musical. En ellos se llegaron a incluir coros, solistas e incluso
representaciones escénicas que llegaron a convertirse en pequeñas piezas teatrales.
Con el tiempo, los religiosos más puristas comenzaron a repudiar la teatralidad
y el carácter de los villancicos porque, como decía el sacerdote y teórico Pietro
Cerone, "distraían a los oyentes de la devoción".
A finales del siglo XVIII, los antiguos villancicos fueron poco a poco fundiéndose con
otros géneros, como la tonadilla, y mucho más tarde con la zarzuela.
En otras partes del mundo, a este tipo de composiciones se las conoce con diversos
nombres: Koliadki en Ucrania y Rusia, Koleda en Bulgaria y Polonia, Pastorali en
Italia, Weihnachtslieder en Alemania, Christmas Carols en los países de habla
inglesa, Agüinado en Venezuela o Posadas en México y Centroamérica.
El villancico más conocido y que todo el mundo ha cantado al menos una vez en su
vida es Stille nacht, heilige nacht, nombre original del famoso Noche de paz
compuesto por un sacerdote austríaco en 1818.
Fuente: camposdehellinqr.com
Wikipedia
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